Gracias a la intervención de distintas áreas de gobierno se procedió a poner fin a un negocio que lucraba con el espacio público.
El predio, ubicado en la esquina de Justa Lima y Mitre era explotado comercialmente como playa de estacionamiento para vehículos por una persona inescrupulosa que se había instalado en ese sector hace décadas, arrogándose derechos sobre el lugar y obteniendo un rédito económico continuo.
Asimismo, la estructura presentaba un serio riesgo de derrumbe, no sólo por las condiciones en que había sido realizada la obra, sino también por su ubicación al borde del Cañadón.
Ante ello, el Municipio realizó una presentación ante la Justicia Penal, la cual habilitó la orden de allanamiento. Una vez ello, se llevó a cabo un trabajo conjunto desde la Secretaría de Gobierno (a través de las áreas de Inspección, Judiciales, Legal y Técnica), la Secretaría de Servicios Públicos, de Obras Públicas (incluyendo la dirección de Obras Particulares), el Juzgado de Faltas, la Secretaría de Seguridad a través de la DPU y con el auxilio de la Fuerza Pública, específicamente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, para ingresar al lugar, desalojar y demoler las instalaciones del predio que había sido cerrado por un privado.
Afortunadamente se pudo poner fin a una situación que demostraba claramente que la usurpación no respondía a una necesidad habitacional por personas de bajos o escasos recursos, como suele ocurrir en la mayoría de los casos, sino a un negocio.
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